• El Gato britanico de pelo corto •
El mejor gato del Mundo 🌎
Un poco de su orígen:
Conocido también como raza British Shorthair, es una de las razas de gatos más antiguas de Gran Bretaña. Su origen se remonta a los gatos domésticos que llegaron a las islas británicas con los romanos en el siglo I d.C. A lo largo de los siglos, estos gatos se mezclaron con otras razas, como los gatos de pelo largo traídos por los vikingos, pero siempre mantuvieron su apariencia robusta y su pelaje corto y denso.
En el siglo XIX, con el surgimiento de las exposiciones de gatos, se comenzó a prestar más atención a la crianza selectiva de los British Shorthair. Se buscaba mantener sus características físicas distintivas, como su estructura ósea fuerte, su cabeza redonda y maciza, sus ojos grandes y redondos, y su pelaje denso y suave.
En la década de 1870, el British Shorthair se convirtió en una raza reconocida oficialmente en Gran Bretaña. Sin embargo, durante la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, la población de estos gatos se vio afectada y estuvo cerca de la extinción.
Gracias a los esfuerzos de criadores dedicados, la raza pudo recuperarse y se volvió muy popular en todo el mundo. En la actualidad, el British Shorthair es reconocido por su temperamento tranquilo y equilibrado, su apariencia regia y su pelaje en una amplia variedad de colores y patrones.
El británico es un gato longevo. Su esperanza de vida típica es de 14 a 18 años. Algunos ejemplares de esta raza han vivido hasta los 25-30 años.
El británico es un gato sólido incluso psíquicamente, tiene un carácter fuerte, no depende de nadie más que de sus propias necesidades, sin embargo sabe divertirse con los niños y ser parte de la familia. Es Dulce y reservado, con una eterna expresión de complacencia en su redondo hocico….. El único en el mundo felino que sabe “reír”. Su típica «sonrisa británica» lo convierte en un gato inconfundible.
Lejos de ser acróbatas, a los británicos les gusta tener los pies en la tierra; No le gusta que lo revuelvan innecesariamente, él decide cuándo es el momento de abrazarlo. A pesar de su carácter independiente, le gustan las caricias y muchas veces lo demuestra claramente.
El gato británico es un gato muy inteligente, sensible y empatiza mucho con sus dueños. De alguna manera comprende los estados de ánimo de los humanos, se alegra con nosotros y sufre con nuestra tristeza. En la familia donde vive un británico, el ambiente cambia: siempre hay un ambiente festivo, nadie levanta la voz, todos se vuelven más serenos y seguros de sí mismos. Cuando ronronea, la presión arterial se estabiliza, el estrés desaparece… quienes conviven con un gato británico viven mejor y más tiempo.
El británico es un gato muy cariñoso, muy apegado a la familia, juega con niños y perros y es un fiel compañero de todos, es un gato que goza de excelente salud, requiere pocos cuidados pero, para su bienestar psicológico, hay que garantizarle cariño y compañía porque es un gato muy sociable que tiende a deprimirse si se le descuida.